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QUIJOTEANDO

Hermann Hesse

Hermann Hesse

Lobo Estepario

Hermann Hesse es inmortal. Sea por sus Relatos Esenciales, sus novelas Siddharta o Demian, o la que reseño, El Lobo Estepario. El caso es que Hesse es uno de los premios Nobel más recordados y uno de los autores más sobresalientes de la literatura alemana.

El Lobo Estepario es una novela merecidamente aplaudida por las masas desde el momento en que fue publicada. Representa un maremágnum de emociones, reforzado sin duda por su condición de obra biográfica. A través de su alter-ego, llamado Harry Haller (de las mismas iniciales que el autor), Hesse construye un ser huraño y víctima de la sociedad individualista en la que vive.

Si bien El Lobo Estepario no goza de la frescura y cercanía de estilo de Demian, el ambiente está mucho más conseguido. A base de un lenguaje detallista, una tendencia a la reflexión y a la observación exhaustiva, y una metafísica constante que envuelve a todo el libro, Hesse logra impactar sobremanera al lector, consiguiendo a veces sumirle en el hastío que pretende mostrar de la vida, en las crisis existenciales que propone, en hacer que el lector comprenda la resignación de Harry Haller, y en alcanzar un estado óptimo en cuanto a la impecable relación entre lo onírico y lo realista.
Con aspectos memorables de la novela como la propia comparación con un lobo estepario, errante, en eterna búsqueda, el teatro “Sólo para locos”, las clases de baile y las evidentes evoluciones del protagonista, Hesse obtiene del lector lo que pretende desde el principio: llegar a su alma, removerle por dentro, y hacerle dudar de algunas bases filosóficas, mediante una narración sistemática pero sorprendentemente original.

Hay quien puede pensar que la trama que ocurre en El Lobo Estepario es arbitraria y poco sustanciosa, pero nada más lejos de la realidad. Hesse derrocha sabiduría, amor y entendimiento. Transportó muchos elementos de su vida personal a los de sus personajes, como en el caso de sus problemas con las mujeres, o la resignación ante la política.

A veces la densidad es considerable. Da la sensación de que en una página de esta novela se aprende mucho más que en cincuenta páginas de cualquier otro libro, y al contrario que pueda parecer, eso hace de El Lobo Estepario una novela difícil de leer, próxima al estilo reflexivo que caracterizaría a autores como James Joyce, su digno sucesor germano Günter Grass, o incluso nuestro Camilo José Cela, con su correspondiente ritmo pausado y tranquilo, aunque con altibajos. El Lobo Estepario es una novela que con el paso de los años no pierde su frescura y su fuerza. Es fácil sentirse identificado con lo que Hesse nos cuenta, y es fácil desear haber podido tomarse un café con él

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